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OPINIÓN DEL LECTOR

Sarcasmo en Valdemoro

Nos hemos ido a vivir a Valdemoro porque no podíamos permitirnos otra posibilidad debido al precio enloquecido de la vivienda. Eso nos ha dado la oportunidad de descubrir un pueblo tranquilo y agradable, pero, además, las dificultades para acudir a trabajar a la capital en transporte público. La Renfe cae lejos de nuestra casa y es un autobús (el 422, de la empresa AISA) el que nos viene más a mano.

Desde el primer día todo han sido problemas. Esta línea tiene un funcionamiento irregular y poco respetuoso con los horarios. Con más motivo desde esta mañana, puesto que han decidido cortar el acceso directo desde la carretera de Andalucía a la glorieta de Cádiz y Legazpi (por esa vía). El retraso es de 20 minutos en la puntualidad de llegada del autobús y otros 20 minutos por el atasco y desvío que origina el corte por obras a la altura del Doce de Octubre.

Esto, siendo muy grave, podría ser soportable de no ser por el imposible acceso a la línea 6 en Legazpi. Ya saben que se quemaron en agosto el vestíbulo y las escaleras y, siendo la única vía hasta el andén, esta circunstancia ha inutilizado el uso de esta estación. No vemos obligados a utilizar el denominado servicio especial, que cubre en unos 20 minutos el desplazamiento hasta Méndez Álvaro: semáforos, tráfico intenso e insuficiencia de vehículos culminan el desastre; 20 minutos para menos de un kilómetro.

Cuando llego a Méndez Álvaro han pasado 90 minutos; es decir, hora y media. Al escuchar los anuncios promocionales del transporte público y el autobombo de nuestras autoridades, por su gestión del transporte, no puedo evitar el sarcasmo.

He pedido una explicación, no sé, consuelo, un mensaje de esperanza hace una semana, y también hoy al presidente de nuestra Comunidad y candidato a la alcaldía de la capital, y ni él ni sus colaboradores se han dirigido a mí por ninguna de las vías. ¿Pretenderá el PP conseguir mi voto de esta forma?

Estoy seguro de que cuando, el año próximo, inauguren todo lo inaugurable, no se me va a olvidar el maltrato que nos dispensan y la indefensión en la que nos dejan.

Será el momento de castigar con el voto (a lo mejor vuelve a decir, como en el 93, cuando colaboró en la campaña de las generales, que se debe a un pucherazo).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de septiembre de 2002