¿Puede un Parlamento (poder legislativo) negarse a cumplir leyes y seguir legislando? ¿Puede exigir a los ciudadanos que cumplan sus leyes cuando él no cumple otras?
¿Puede un candidato a presidente prometer una ley integral contra la violencia doméstica y, cuando es elegido, mofarse de dicho compromiso, negándolo y considerándolo 'demagogia partidista'?
¿Puede ese presidente venir a Andalucía, no a traernos algo de lo que nos debe, sino a insultarnos, como siempre ha hecho la derecha con los andaluces?.
No sé, pero últimamente tengo unas dudas...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de octubre de 2002