Una patrulla de la Guardia Civil de Tavernes Blanques fue requerida el viernes por la tarde por una mujer en Almàssera cuando se dirigía con urgencia al Centro de Salud para que atendieran a su bebé. La recién nacida, de once días, se estaba asfixiando. Durante el trayecto al Centro de Salud, uno de los agentes practicó a la pequeña Irene masajes de reanimación que, según el médico, fueron decisivos para que se salvara.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de octubre de 2002