Ucrania habría logrado hace dos años descifrar los códigos secretos de la correspondencia de las embajadas de varios países de la OTAN, entre ellos España, según se desprende de un pasaje de las mismas cintas magnetofónicas que han servido para congelar la ayuda norteamericana a Ucrania por la supuesta venta de un sofisticado radar a Irak. Las autoridades ucranias han desmentido los casos de supuesto espionaje.
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En unas citas reproducidas ayer por el semanario Nóvaya Gazeta, Leonid Derkach, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, en septiembre de 2000 informó al presidente, Leonid Kuchma, que tenía en su poder las transcripciones descifradas de los telegramas secretos enviados a España y a Turquía por las respectivas sedes diplomáticas de estos países en Kiev.
El breve fragmento procede aparentemente de las grabaciones realizadas por el ex guardaespaldas de Kuchma, Nikolái Melnichenko, que se encuentra asilado en EE UU. Las revelaciones de Melnichenko están en poder de la justicia estadounidense desde hace varios meses y aparecen de forma dosificada en diversos medios, contribuyendo a calentar los ánimos en contra del presidente Kuchma. Las autoridades ucranias se pusieron en contacto con el embajador de España, Luis Gómez de Aranda, para desmentir los casos de supuesto espionaje contra países de la OTAN, después de que estas informaciones aparecieran este verano en la prensa de Kiev. Gómez de Aranda dijo a EL PAÍS que sus interlocutores ucranios le habían explicado que el servicio secreto se dedica a protegerse de las grandes potencias y, por la falta de medios, sus prioridades no pasan por espiar a Estados con los que no hay conflictos, como España.
Según Nóvaya Gazeta, Kuchma mostró muy poco interés por los textos descifrados que Derkach le presentó con las palabras: 'Ésta es la información secreta que la embajada envía a España. Nosotros la leemos. Y también leemos la de Turquía. Ahora hemos obtenido de los suizos programas, algoritmos y algunos equipos'. Ucrania ha desmentido también que tuviera intención de vender a Irak el sofisticado radar Kolchuga.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de octubre de 2002