En los últimos meses la enfermería del Instituto Catalán de la Salud (ICS) viene soportando el paripé de una mesa de negociación en la que la provocación y la intransigencia siguen siendo los protagonistas y donde el ninguneo al conjunto de una enfermería -en su legítima pretensión de homologarse retributivamente con los maestros y con el resto de comunidades autónomas- sigue siendo una constante. La última propuesta de la Administración sanitaria de excluir de la negociación a colectivos de enfermería tan importantes como los de contingente y zona, suplentes, servicios de urgencias, atención continuada, primaria no reformada y personal ICS que trabaja para entidades ajenas pone de manifiesto la firme decisión del Departamento de seguir desatendiendo a la enfermería en su conjunto, ignorando el déficit histórico que la sanidad pública catalana viene manteniendo con ella, situándole ya -para su desgracia- en el vagón de cola del Sistema Nacional de Salud. Hace 10 años, la enfermería del ICS era la primera de todo el Estado, aunque también es cierto que, por aquel entonces, al frente del Departamento de Sanidad se encontraba Xavier Trias, un hombre comprometido con la enfermería, cumplidor de sus compromisos y al que nunca hizo falta convencer del importante y decisivo papel que estos profesionales prestan al sistema y a la sociedad en su conjunto. Apelo a que no se siga jugando con la dignidad de estos profesionales. Todos son enfermería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de octubre de 2002