Creciente deslocalización de las empresas, grave crisis del textil catalán, elevada siniestralidad laboral, traslado a Bratislava de una parte de la producción de Seat. Rafael Ribó, presidente del grupo parlamentario de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), lamentó que el pleno de política general haya dejado a un lado los 'problemas muy serios' que representan estas crisis laborales y trató, con poco éxito, de situarlas en el centro de su debate con Jordi Pujol, al que acusó reiteradamente de tener una actitud 'autocomplaciente'.
En ninguno de los casos citados aceptó Pujol que exista la más mínima responsabilidad del Gobierno catalán y defendió en bloque su actuación. De hecho, el único mea culpa que aceptó en toda la sesión se remonta a 1979 y Pujol lo esgrimió precisamente para defender las reticencias de CiU a buscar en Cataluña posiciones unitarias sobre el autogobierno. '[En 1979] teníamos que haber hecho como ERC y votar no [al sistema de financiación autonómica]'.
Ribó aseguró que, en asuntos de autogobierno, Pujol ha practicado durante su largo mandato un 'funambulismo' entre el regionalismo y el soberanismo que ha sido 'muy rentable' a CiU, pero no al avance del autogobierno. El diputado de ICV consideró que la 'gran paradoja' de esta situación es que, según la doctrina de Pujol, 'el partido que mantiene la continuidad del Gobierno catalán es al principal riesgo para el autogobierno'.
El dirigente ecosocialista hizo una apelación directa a Pasqual Maragall para iniciar un proceso 'urgente' en que las tres formaciones de izquierdas ofrezcan conjuntamente soluciones a los problemas concretos. Y en coherencia con la vieja propuesta de Iniciativa, que hace más de un año que reclama la convocatoria de elecciones, Ribó pidió a Pujol que 'acabe cuanto antes esta situación', con lo que fue despedido con una fuerte ovación por los bancos socialistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de octubre de 2002