El Ayuntamiento de Barcelona distribuirá 5.000 adhesivos con el lema Publicidad, no gracias, dirigidas a los vecinos que no quieran que se reparta correo comercial en sus escaleras. La iniciativa parte del área de Medio Ambiente y se basa en la Ordenanza de Medio Ambiente Urbano, que en el artículo 203 se refiere a la abstención de distribuir este tipo de publicidad.
La concejal de Medio Ambiente, Imma Mayol, explicó ayer que cada barcelonés recibe al año en su buzón una media de 2,6 kilos de papel, y que para fabricarlo se necesita, por lo menos, el mismo peso en madera, entre 260 y 1.040 litros de agua y la energía equivalente al consumo de un ciudadano en cinco días. Mayol manifestó la voluntad de utilizar el adhesivo 'como instrumento de sensibilización, para que la gente sea consciente del coste ambiental de la publicidad' y recordó que el derecho a no recibir publicidad está amparado por una ordenanza.
El adhesivo es uno de los servicios que ofrece el Centro de Recursos Barcelona Sostenible, junto a información sobre la Agenda 21 de la ciudad y energías renovables. El centro también programa actividades formativas relacionadas con el medio ambiente y la sostenibilidad, y durante el curso pasado recibió unas 8.000 visitas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de octubre de 2002