En la Casa Blanca le han apodado la peste, y sus artes de persuasión se ven finalmente recompensadas. Bono, cantante de U2, ha sido nombrado el hombre más poderoso de la industria musical mundial. El reconocimiento no se debe a las ventas millonarias de los 10 discos de la banda irlandesa, sino a la incansable campaña de su líder en contra de la pobreza y el sida. Bono, de 42 años, tuvo acceso directo al presidente Bill Clinton y George W. Bush atiende sus llamadas. Al parecer, al Papa también le gusta escuchar las teorías del músico sobre la mejor vía para aliviar las penurias del mundo. El último número de la revista británica Q celebra el carisma e influencia de Bono en su lista de las 50 figuras más poderosas de la movida musical. Por debajo quedan Doug Morris, presidente de la multinacional Universal, el rapero Eminen, el desaparecido Kurt Cobain y Thom Yorke, de la banda inglesa Radiohead. Paul McCartney comparte el sexto puesto con Yoko Ono, y Simon Fuller, el cerebro de Pop Idol, variante británica de Operación Triunfo, y creador de las Spice Girls, ocupa el décimo puesto de pesos pesados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de octubre de 2002