En el programa musical Música sí del 25 de julio pasado discriminaron con malos modales a una espectadora que acudió en directo con su hermana, que padece el síndrome de Down.
Me parece imperdonable y vergonzoso el hecho de obligarla a cambiar de lugar por cuestiones de imagen; he visto otras excusas similares, pero ésta no tiene perdón. Me parece patético que hasta entre ellos mismos se contradigan cuando intentan justificarse diciendo que estorbaban el paso al escenario a los artistas que pasaban.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de octubre de 2002