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Entrevista:PIETRO INGRAO | Político y pensador

'La guerra preventiva viene de los fascismos'

Pietro Ingrao (Lenola, 1915), uno de los líderes más carismáticos -y heterodoxos- del Partido Comunista Italiano, director de L'Unita, presidente de la Cámara de Diputados, escritor y poeta, dice no haber oído el término 'guerra preventiva' desde el tiempo de los fascismos en Europa. Considera que la gran potencia norteamericana está devolviendo el prestigio a la guerra, por el sistema de asegurar a la población civil que sus efectos no le afectarán. Ayer recibió el doctorado honoris causa por la Universidad de Barcelona y en su discurso denunció la 'guerras celestes'.

Pregunta. ¿Dice usted que la guerra recupera prestigio?

Respuesta. Yo he atravesado el siglo, un siglo marcado por las guerras totales, que se cebaban en la población civil, en las mujeres y los niños, que llevaron consigo los campos de exterminio. Eran tan terribles, era tal la fuerza de su imagen terrorífica que todo lo que sonara a guerra estaba desprestigiado. Ahora, una gran potencia como Estados Unidos ha pensado otro tipo de guerra, una guerra que tranquilice a la población civil, la guerra celeste, que viene del cielo, en la que un piloto sale de una base lejana, bombardea y vuelve a casa sin un sólo rasguño y la población civil ni se entera.

P. Un trabajo de guerreros profesionales.

R. Se inculca la idea de que puede librarse una guerra selectiva, hecha por especialistas, que no afecta a la gente. Intuyo que la primera respuesta a esta pretensión ya se produjo con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York; una manera de recordar a la población civil que también corre peligro, que también juega. Bush propone la guerra preventiva, la guerra que golpea al enemigo anticipadamente, que asegura la victoria, siempre para tranquilizar a las masas de que no sufrirán. Es una aberración, se da un terrible paso adelante con la guerra preventiva y EE UU asume el papel de vengador justiciero. Vuelve a escucharse la literatura sobre la noción de Imperio.

P. ¿Qué respuesta puede dar la izquierda?

R. Poner en pie un movimiento de masas, movilizar a millones de personas. Si me dicen que es imposible les recordaría que en 1936, cuando empezó la guerra civil española y la Italia fascista y la Alemania nazi intervinieron, yo tenía 20 años y mi generación no pudo impedir ni el triunfo de Franco ni las guerras preventivas de Hitler. Lo pagamos con la Segunda Guerra Mundial. Ésta es la primera vez que una potencia habla de la guerra preventiva desde los tiempos de los fascismos, y no es una simple expresión, está explícito en el documento de defensa estratégica. Yo no tengo respuestas ciertas, pero sí que detecto nuevos modos de hacer política. No creo que se haya acabado el papel de los partidos, pero los movimientos antiglobalización son muy importantes y pueden serlo aún más si en Brasil Lula gana las elecciones.

P. Pero Europa vive inmersa en una ola conservadora.

R. La gente espera salvarse encerrándose en su fortaleza, en su pequeño mundo, pero esto no sólo es imposible, es fútil. Es inútil cerrar los ojos. En Italia ya se empieza a ver que las promesas de Berlusconi eran falsas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de octubre de 2002