El nuncio apostólico en Argentina entre 1981 y 2000, Ubaldo Calabresi, que fue denunciado a mediados de los años ochenta por proteger a los obispos y sacerdotes cómplices de la dictadura militar, ha sido acusado ahora de ser 'encubridor' y 'cómplice' del ex arzobispo de la provincia argentina de Santa Fe, Edgardo Storni, que se enfrenta a los tribunales por los cargos de abusos de menores y malversación de los fondos recolectados con fines benéficos. Storni, que fue arzobispo de una de las tres diócesis más importantes del país durante 18 años, renunció a su cargo el pasado martes tras haber sido acusado de abusar sexualmente de seminaristas durante un retiro espiritual en 1994.
El cura Jorge Montini, que precedió a Storni en el cargo director del seminario de Santa Fe y que actualmente es párroco de la ciudad de San Jorge, ha asegurado que informó por primera vez de las existencia de graves denuncias sobre la conducta de Storni al entonces nuncio apostólico, Ubaldo Calabresi, en marzo de 1990, cuatro años antes de que se produjesen los abusos sexuales a seminaristas de los que se le acusa ahora.
Montini dijo que en 1991 y 1992 entregó documentación 'sobre por lo menos 12 casos denunciados por seminaristas, pero, con su silencio y demora, el nuncio estuvo interesado en tapar todo para protegerlo'. Según Montini, 'Calabresi fue encubridor y cómplice y debe ser sancionado porque tuvo una actitud maliciosa y un mal desempeño en sus funciones; él fue responsable del enorme perjuicio causado a la Iglesia de Santa Fe y de la Argentina'.
Investigación paralela
También están siendo investigados, en un expediente paralelo, los tres vicarios y colaboradores personales del ex arzobispo, que han sido retirados de sus puestos tras haber sido acusados de 'intimidar' y 'amenazar' al párroco José Guntern para que se retracte de la declaración ante el juez en contra de su antiguo jefe.
Coincidiendo con estas nuevas denuncias, el ex fiscal del juicio a la junta de comandantes de la dictadura militar en 1984, Julio Strassera, recuerda que fue precisamente Ubaldo Calabresi quien le 'amenazó' cuando se reunió en privado con él para saber si podía añadir información en relación con las denuncias que había contra curas y altos cargos de la jerarquía eclesiástica argentina, a los que se les acusaba de complicidad con la guerra sucia iniciada por las fuerzas armadas. Por testimonios de los sobrevivientes, Strassera sabía de obispos que habían ocultado información sobre las desapariciones, de curas que habían asistido a sesiones de torturas y de otros que habían colaborado en hacer creer a los presos que iban a ser trasladados cuando en realidad estaban destinados a los vuelos de la muerte. Al relatar ese encuentro, Strassera dijo: 'Calabresi comenzó a gritar y me amenazó, dijo que si llegaba a citar a un solo cura a declarar en el juicio tendría que afrontar las consecuencias y me las vería con él'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de octubre de 2002