En dirección al Norte, a escasos 10 minutos de la cuidada localidad balnearia de Cascais (a media hora de Lisboa), se sitúa la playa del Guincho, una de las zonas favoritas de los windsurfistas y los bañistas en general, tanto portugueses como de otros puntos de Europa. Un lugar expuesto a los vientos del noroeste, que atizan con vehemencia incluso durante todo el verano, proporcionando además buenas olas para brincar sobre su cresta.
A poco de abandonar Cascais, la carretera se arrima al litoral, bordeando los acantilados del Infierno, nombre recurrente que indica lo vertical y extremo del paisaje. A la derecha de este tramo costero apenas urbanizado se extiende el parque natural de Sintra-Cascais, con sus lomas cubiertas de monte mediterráneo y sus pequeñas localidades ocultas entre los recovecos de las sierras. La primera playa en aparecer es la de Cresmina, la preferida de los bañistas sin tablas..., de surf, se entiende. Una barrera rocosa la protege del viento y de los envites atlánticos, y ninguna construcción ni chiringuito playero vienen a alterar su aspecto salvaje. La sensación de recogimiento que algunos buscan lo aporta una sucesión de calitas arropadas por las rocas. Y en cuanto a la arena, es gruesa, rubia y limpia.
Un acantilado coronado de un hotel de estética kitsch-castillera separa esta playa de la llamada playa grande del Guincho (un ave marina), donde esta vez el viento se despacha a gusto y permite a los windsurfistas hacer sus particulares pinitos sobre sus tablas aladas. Las olas alcanzan entre uno y dos metros, y la nortada garantiza hasta un 90% de días navegables.
Jerga surfera
Normalmente, y siguiendo la jerga surfera (que nadie se explica por qué no se traduce al castellano), el viento arremete side on shore (o sea, de lado, ligeramente de mar), y se surfea back side (de espaldas a las olas); es posible también realizar buenos botton turns, una maniobra que permite al surfista lucirse de lo lindo. Otra alternativa interesante: probar con las soberbias olas de la playa de A Ericeira, a 50 kilómetros en dirección norte: allí el viento es puro norte.
El ambientillo surfero de pelo oxigenado y cuerpos femeninos y masculinos contoneándose satisfechos de sí mismos lo pone, por lo demás, el chiringuito Do Guincho, que, desde cierta altura, domina la playa y la incendiaria puesta de sol, regalo de la casa para todos, con tabla o sin ella.
GUÍA PRÁCTICA
- Cámping del Guincho (00 351 214 87 10 14).
- Estalagem Senhora da Guia (00 351 214 86 92 39). Carretera del Guincho, 2. Buenas instalaciones. La doble, 125 euros.
- Fortaleza do Guincho (00 351 214 87 04 91). Playa del Guincho. Excelentes vistas al mar. Desde 170 euros, en agencias.
- Snack bar Biscoito. Areia. Joven, barato y con música por las noches.
- Fortaleza do Guincho (00 351 214 87 04 91). Playa del Guincho. Con una estrella Michelin, cocina de autor francesa. Menú, 32,50 euros.
- Porto de Santa Maria (00 351 214 87 94 50). Carretera de Guincho-Cascais, s/n. Una estrella Michelin. Muy buena cocina portuguesa. Alrededor de 36 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de octubre de 2002