Educación
La misión de Carmen Herrero, técnica de rehabilitación de la ONCE, es que las personas ciegas o deficientes visuales puedan llevar su vida cotidiana con la máxima normalidad: desde caminar por la calle con un bastón a encender el fuego para cocinar. 'La autonomía es el reto'.
Pregunta. ¿Qué es lo primero que se le enseña a un niño ciego?
Respuesta. Lo primero que hay que hacer es un trabajo de habilidades previas. Es decir, el desarrollo perceptivo, trabajar con el resto de los sentidos que va a utilizar en ausencia del visual; el motor, enseñarle el equilibrio, los giros, la marcha adecuada, la postura corporal; el conceptual, que sepa el significado de los conceptos y su aplicación, y la estimulación visual.
P. ¿Cuánto dura el proceso de rehabilitación?
R. Principalmente, de los seis a los18 años. Pero el niño no es un ser aislado, hay que trabajar también con su entorno escolar y familiar.
P. ¿Cómo se puede trabajar con estos últimos?
R. A la familia hay que darle seguridad, que conozcan en qué estamos trabajando con su hijo y que refuercen el trabajo que estamos haciendo. Con los compañeros y los profesores les enseñamos a cómo deben comportarse con una persona ciega.
P. ¿Hasta qué punto pueden tener una vida normalizada?
R. El objetivo es que se llegue a ser autónomo al 100%, pero no todos lo consiguen. Influyen muchos factores, como la capacidad, el interés, la familia, el entorno...
P. Los técnicos de rehabilitación sois videntes. ¿Cómo os podéis poner en el papel de un ciego?
R. Aunque toda nuestra formación técnica la hacemos con antifaz a nivel emocional es muy difícil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de octubre de 2002