Javier Madrazo (Riaño, Santander, 1960) vio ayer cómo la mayoría de los dirigentes le exigieron que se distancie mucho más del PNV. Pero, fiel a su estilo, limita la importancia de las críticas.
Pregunta. ¿Se ha sentido acosado en el debate dentro de IU?
Respuesta. Al contrario. Yo he visto un ambiente muy positivo. Los que auguraban la división de IU por la posición en Euskadi se han llevado un buen chasco. Había un muy buen clima de respeto y tolerancia. Al margen de los acentos distintos que ponemos cada uno y las distintas federaciones, hay una clara voluntad de construir un discurso compartido.
P. ¿Por qué apoya el documento del consejo federal de IU cuando contiene cosas que se contradicen con su discurso?
R. Yo he votado a favor pero también he dicho que tiene insuficiencias, lagunas. Y contradicciones. Por un lado se dice que la propuesta de Ibarretxe no es la nuestra, que es electoralista, que tiene un sesgo nacionalista. Pero enseguida se añade que en ellas pueden apreciarse importantes compromisos de IU. Yo, la verdad, me reconozco más en esta segunda parte.
P. ¿Sigue defendiendo sin matices esa iniciativa del PNV?
R. Creo que hay que ver la propuesta de Ibarretxe como un triunfo de IU. El nacionalismo se ha movido a posiciones federalistas, donde estábamos nosotros, también gracias a que nosotros participamos en la elaboración de ese texto. Hemos tenido mucha influencia.
P. Se ha criticado especialmente el momento elegido para esta propuesta.
R. Pero es que ese razonamiento nos llevaría a la parálisis. No podemos esperar a que ETA y el PP nos marquen la agenda. Con la mayoría de IU coincidimos en las líneas de fondo y discrepamos en cosas menores.
P. ¿Cómo se siente cuando uno tras otro los líderes regionales le dicen que su política está destrozando las expectativas de IU en el resto de España?
R. No todos. Con nosotros están los valencianos, los catalanes, los de Baleares... He visto más problemas en Andalucía. Los electores son distintos en cada territorio, eso es evidente. Pero este discurso nos hace ganar votos entre los abstencionistas y los que apoyan a partidos nacionalistas o regionalistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de octubre de 2002