Me gustaría hacer un llamamiento a los interinos de Educación para que, nuevamente, tomen conciencia de la situación que estamos viviendo. Es necesario levantar la voz, más que nunca, porque a muchos de nosotros el paro nos está esperando a la vuelta de la esquina, después de llevar muchos años trabajando.
Es necesario presionar a sindicatos, administración, políticos y, sobre todo, a los propios compañeros para resolver esta situación de precariedad e inestabilidad, y garantizar un futuro de estabilidad que creo que nos merecemos. La vida está llena de injusticias, y una de ellas es quedarse en la calle después de muchos años ininterrumpidos trabajando al servicio de una administración que se está ahorrando mucho dinero con nosotros, y que hemos quedado para tapar huecos. No hay derecho a que interinos con 14 años de servicio se hayan quedado sin destino. ¡Ya está bien de trabajo precario! Es necesario dignificar la enseñanza, empezando por poner en práctica lo que la cacareada ministra llama, tan a la ligera, calidad. ¿Calidad de quién? ¿Calidad para quién?
Por ello, os animo a que la lucha tiene que seguir, porque la única batalla que se pierde es la que se abandona. No hay que amedrentarse por los frenazos que nos quieren poner, por lo que otros compañeros puedan decir de nosotros. Tenemos que tener la cabeza bien alta, porque lo que exigimos es digno, justo y posible.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de octubre de 2002