Un jurado de Kansas City (Estado norteamericano de Misuri) otorgó ayer una indemnización simbólica de 2.200 millones de dólares a una enferma de cáncer cuyo tratamiento fue voluntariamente diluido por su farmacéutico. Éste es el primero de los 400 casos interpuestos contra Robert Courtney, el propietario de dos farmacias que fue detenido en el verano del 2001 al sospecharse que había manipulado las medicinas de más de 4.000 pacientes sometidos a quimioterapia.
Gloria Hayes, de 44 años, que padece un cáncer incurable de ovarios, descubrió que sufría esta enfermedad en 1996. En 2001 se le extirparon varios tumores y parte del colon. El caso contra el farmacéutico se basaba en demostrar la incidencia de los drogas alteradas en la progresión que había experimentado el cáncer de la paciente. Uno de los oncólogos de la fiscalía aseguró que Courtney había prácticamente condenado a muerte a Hayes. La defensa aseguró, sin embargo, que las drogas diluidas apenas habían tenido efecto, negativo o positivo.
Courtney admitió su culpabilidad hace más de un año, aunque al principio sólo confesó haber diluido las medicinas en una treintena de casos. El FBI averiguó poco después que la magnitud del suceso era mucho mayor. El farmacéutico, según los resultados de las investigaciones, había manipulado en los últimos diez años unas 98.000 recetas (en todos los casos, tratamientos intravenosos) de 400 médicos para 4.200 pacientes. Courtney dijo que lo había hecho por dinero, para pagar sus deudas y otros donativos prometidos a varias iglesias.
Hayes lloró ayer al conocer la decisión del jurado. "Si fuera por mí, pediría que pintaran las paredes de su celda con todas las caras de los afectados para que fuera la primera cosa que viera por la mañana y la última por la noche", dijo después del juicio.
Los 2.200 millones de indemnización tienen sobre todo un valor simbólico. Es muy poco probable que Hayes consiga cobrarlos. "Aunque no vea un duro, creo que se ha hecho justicia", aseguró la demandante. La fortuna de Courtney, estimada en unos 12 millones de dólares, ha sido confiscada por el Gobierno para crear un fondo para las víctimas.
"Si esto sirve para que al menos una persona no haga lo mismo que Courtney, ¿se imaginan cuántas vidas podemos salvar?", dijo el fiscal, Grant Davis. Incluso el abogado de Courtney reconoció que "toda la comunidad estaba escandalizada" por lo que había hecho su cliente. El farmacéutico se enfrenta a una posible pena de 30 años de cárcel. Se espera la sentencia para diciembre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de octubre de 2002