Los empleos precarios en Argentina crecieron un 70% en los últimos cuatro años al compás de la profundización de la crisis económica que atraviesa el país. Vendedores ambulantes, recolectores de residuos, traficantes de objetos robados, distribuidores de estupefacientes y prostitutas configuran el universo de los trabajos precarios que ha generado el alto índice de desempleo en Argentina, precisa el estudio hecho por investigadores de las universidades Católica y de Buenos Aires.
La investigación, que comprende el periodo que va de mayo de 1998 al mismo mes de este año, advierte que si se contabilizaran estos trabajos precarios o informales en los índices de desempleo, el registro superaría con holgura el 30%, frente al 21,5% admitido por el Gobierno. Los autores del estudio, encabezados por el sociólogo Agustín Salvia, aseguran que sólo el 28,6% de la población económicamente activa tiene un empleo con las características necesarias para que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo califique de 'decente'. Precisan que sólo 4,2 millones de los 13,8 millones de personas en condiciones de trabajar tienen un empleo 'decente', mientras los restantes están desempleados o bien con ocupaciones temporales o precarias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de octubre de 2002