Tomada la decisión, es necesario recordar. El Born fue rehabilitado en su día con suficiente acierto y rigor como para ser merecedor del Premio FAD de la Opinión de 1979. El técnico responsable de la rehabilitación era entonces arquitecto municipal. La nueva adecuación del Born se encargará sin duda a persona o equipo adecuados. Propongo a quien corresponda que piense en el arquitecto premiado por la rehabilitación anterior. Así se enmendará en parte la historia de un edificio que sólo ha conocido el deterioro después de ser premiado. Fontserè lo agradecería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de octubre de 2002