La CEG (Confederación de Empresarios de Galicia) encabeza el colectivo de entidades que deberán devolver dinero al Instituto Nacional de Empleo (Inem) por no haber justificado su gasto. La contabilidad aportada por la CEG, según el Tribunal de Cuentas, no era representativa por la "desaparición de la documentación soporte de los saldos de los estados contables y de la justificación original de las subvenciones recibidas". Tal volatilización fue denunciada a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Galicia en marzo de 2001 por los nuevos responsables de la CEG, que responsabilizaban de ésta y otras anomalías (duplicidad de facturas) a sus antecesores.
Para paliar esta falta de documentación, el tribunal pidió datos a las empresas contratadas. Y constató hechos tan graves como el cobro de cursos que nunca se impartieron a partir de los testimonios de los alumnos que figuraron inscritos y que, sin embargo, juraron no haber pisado tales aulas. Algunos falsos alumnos eran personal de CEG, que negaron haber asistido.Tal fenómeno se localizó singularmente en la empresa Acro Consultoría y Formación, por lo que no se puede "otorgar fiabilidad" a los datos aportados por esta sociedad.
La existencia de cursos no impartidos afecta no sólo a los costes de profesorado, sino a los costes complementarios incluidos en la justificación de las ayudas como material didáctico o alquiler de aulas, entre otros.
El Tribunal de Cuentas añade que de la circularización efectuada se han hallado más incidencias que afectan a otros cursos, además de los señalados ya como no realizados, y que suponen que "o bien estos cursos no fueron realizados, o bien se incluyeron en ellos alumnos que en realidad no los realizaron". Y esta situación "cuestiona, asimismo, la veracidad de las relaciones de alumnos incluidos por la CEG en su justificación, salvo que aporte otra prueba que permita constatar los cursos que, efectivamente, hayan sido realizados".
Única fuente de ingresos
La auditoría señala como hecho relevante que las empresas que más facturaron a la CEG no sólo compartían administradores y se configuraban como grupos o tramas, sino que, en su mayoría, tenían como única fuente de ingresos (del 75% al 96%) los fondos públicos que manejaba la patronal gallega.
La facturación se ha revelado, según los auditores públicos, a precio superior al de mercado. Exactamente el doble. Si la hora lectiva de coste por alumno en la CEG alcanza los diez euros, la patronal coruñesa registra la misma cuenta por sólo cinco euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de octubre de 2002