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Un policía mata a un hombre que intentó asaltar la farmacia de su esposa

El delincuente atracó hace un mes el mismo establecimiento, según una empleada

Pablo Javier Rubio Aguado, de 29 años, murió a las 11.20 de ayer tras recibir un disparo en el corazón mientras intentaba atracar, armado de un cuchillo, una farmacia situada en el número 1 de la avenida de Baviera, en el Parque de las Avenidas. El autor del tiro fue Ismael L-A. G., de 54 años, esposo de la farmacéutica, e inspector del Cuerpo Nacional de Policía. El delincuente tenía 38 antecedentes policiales, la mayoría por delitos contra la propiedad, y había asaltado la misma botica el pasado 18 de septiembre estando bajo el síndrome de abstinencia, según una empleada de la farmacia.

Una serpiente de unos 20 centímetros, retorcida y tatuada en color verde, pudo verse en el pecho del fallecido cuando el médico forense levantó la camiseta del cadáver. La boca del reptil estaba a unos tres centímetros del pezón izquierdo de Rubio Aguado y, pegado a éste, destacaba el nítido orificio dejado por la bala al entrar en el cuerpo del atracador. Rubio Aguado recibió un solo disparo.

Tras recibir el balazo, el delincuente salió a la calle tambaleándose, pero cayó a cinco metros de la botica. 'Intentó correr, pero sólo dio unos pasos tambaleantes. Luego tosió de forma rara dos o tres veces y se desplomó', recordó Emilio Arroyo, el portero de una finca próxima.

Cuando cayó, el fallecido aún empuñaba en su mano derecha el cuchillo con el que amenazó a la farmacéutica, Margarita S. T., y a su esposo, Ismael. 'Era un cuchillo largo y delgado, con una hoja de unos 25 centímetros. Se ha quedado con el cuchillo agarrado en la mano hasta que un policía se lo ha quitado una hora después', afirmó José, el portero de otra finca.

Cuando Rubio irrumpió en la farmacia, sólo estaban Margarita y su esposo. No había nadie más. Pero lo que el matrimonio contó después a los vecinos fue que el fallecido amenazó con el cuchillo a Margarita y que su marido lo reconoció de la otra vez que les atracó. 'Ismael le ha dicho que ya estaban hartos, que él era policía y que dejara de amenazarla con el cuchillo o él mismo le pegaba un tiro', explicó Emilio Arroyo.

Atraco anterior

El pasado 18 de septiembre, Rubio entró en la farmacia de Margarita con la intención de atracarla. Entonces Ismael también estaba con su esposa, aunque en aquella ocasión no pudo hacer nada para evitar el atraco. Patricia, una empleada del establecimiento, también estaba allí aquel día. 'Faltaban sólo tres minutos para las ocho de la tarde, la hora de cerrar. Nos amenazó a los tres con el cuchillo y nos hizo pasar a la rebotica, donde nos tuvo casi 20 minutos pidiéndonos más dinero y las joyas. Le parecía poco lo que había en la caja (unos 300 o 400 euros). También se llevó mis anillos y a Ismael le quitó la alianza matrimonial', explicó ayer la empleada. Ésta añadió que el matrimonio 'se había asustado mucho con el primer atraco'.

Ismael es inspector de policía de Régimen Disciplinario en la División de Personal de la Dirección General de Policía. Está de baja desde hace unos cuatro meses, cuando sufrió un infarto de miocardio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de octubre de 2002