Sobre todo, algunos. España es el país con mayor índice de asesinatos de Europa, y me recuerda el homenaje debido a una película con el título que adopto. Se refería a la pena de muerte, el más horrible de los asesinatos porque matan personas con carreras hechas para ello, y ejecutan funcionarios del Estado. En España terminó con Franco, que ejecutó hasta su último momento, y aún queda la pena de muerte que ejecuta ETA. Pero, al menos, están fuera de la ley. En todo caso, España es el país de Europa con mayor número de asesinatos por año y es posible que todos cooperemos en ello. También veo que Madrid es la ciudad con mayor número de niños maltratados atendidos -otros sufren en silencio-, uno por día; y este Madrid resulta ser, también, el que tiene mayor número de asesinatos en relación a su población. Nos va a costar mucho trabajo culpar a los inmigrantes de este tipo de delitos. La pobreza no está en relación directa, aunque a veces los desesperados participen de ello.
No puedo creer que tengamos una crueldad innata, porque no creo en Lombroso, que determinaba al criminal por ciertos lóbulos frontales, ni en los más modernos que los achacan a un cromosoma de más: una Y -masculina- que provoca esa agresividad. Lo cual equipara la criminalidad con el hombre: más hombre se es, más se asesina. Es cierto que algo hay, pero no creo que por cromosomas, sino por una educación seudoviril: el hombre ha sido siempre el que ha llevado el arma. Y hasta hace casi unos días la guerra y la represión eran cosa de hombres; soldados, guardias de todas clases. Por alguna razón no dejan entrar mujeres en el desfile de San Marcial: los tíos se creen que con eso se feminiza una mascarada. De todas formas, son antecedentes que convencen poco porque son comunes: los verdugos de la Torre de Londres siempre eran hombres, y los tres mosqueteros eran cuatro individuos. Cuando Franco mataba, en Europa había pena de muerte en muchos países, pero ya no se cumplía. Salvo en Rusia, donde todavía pasa, y en Estados Unidos, donde es un acto desgraciadamente frecuente; o en China, donde se hace como espectáculo público. No por ello se reprime el delito: Estados Unidos, fuera de Europa, es el país de más asesinatos por minuto.
La pena de muerte, el atraco o el crimen pasional salen de una misma fuente de crueldad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de octubre de 2002