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CARTAS AL DIRECTOR

Dignidad arrebatada

Los cinco inmigrantes hallados muertos en el interior de un camión frigorífico en el puerto de Algeciras el pasado viernes 11 de octubre perdieron ese día algo más que sus vidas.

En los principales periódicos nacionales del sábado día 12 apareció en portada y a todo color el rostro de uno de los cadáveres. Ennegrecido. Demacrado. Descompuesto. Sin vida y ya también sin dignidad. Se la acababan de arrebatar los Dueños de la Información al mostrar con gran detalle las espeluznantes secuelas de su muerte a todos los lectores. Le arrebataron lo único que le quedaba ya, después de haberlo dejado todo atrás, y haber pagado un altísimo precio en aras de un sueño.

La dignidad de una persona puede ser negada en nombre del espectáculo. La dignidad, está claro, puede ser comprada, ya que en los periódicos hay muertos de primera y segunda clase según el nivel económico y el país de procedencia del sujeto. La dignidad de una persona ha de ser reivindicada por los demás seres humanos, aquellos muchos a los que no nos gustan este tipo de fotografías, y los que tenemos claro que los Señores de la Información no venden más al mostrarlas.

Al contrario, pierden parte de su seriedad, parte de su dignidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de octubre de 2002