Marcó Munitis y se hizo realidad la extraña situación que imaginaban sus ex compañeros en el vestuario madridista. Se cumplió el presagio: al Madrid le marcó el jugador a sueldo del Madrid, el hombre cedido en el Racing. "¡Lo único que nos falta es que Munitis nos meta un gol! ¡Es increíble!", decía McManaman el viernes, antes del partido. El gol del cántabro, el 2-0, destapó la alegría del propio jugador y de todo El Sardinero, un campo que ayer inauguró una era de antimadridismo.
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"La verdad es que estoy contento", dijo el delantero; "no todos los días se le gana al Madrid y cuando he marcado he sentido lo que siento siempre cuando marco, quizá más. Una gran felicidad. Quizá un poquito más. Una alegría tremenda. Los goles son para eso, para celebrarlos".
Algo se mueve en el fútbol. Hace apenas unos años en El Sardinero se aplaudían tanto los goles del Racing como los del Madrid. Incluso cuando aquí no actuaban los madridistas el anuncio de sus dianas en cualquier otro campo era coreado como propio. Esta vez fue todo distinto. La gente insultó al Madrid y enloqueció de alegría cuando lo vio humillado. La avalancha humana desbordó la tribuna con el segundo tanto, el de Munitis. El delantero se fundió con su público en un arrebato de júbilo localista.
Contento de marcar, Munitis se quitó la camiseta y corrió hasta el fondo abriendo los brazos como intentando abrazar a su gente. Munitis, que considera que en el Madrid lo trataron con injusticia en los dos años que vistió la casaca blanca, se desquitó a lo grande con un globito perfecto sobre la testa de Casillas. ¡Qué cara de placer puso el pequeño jugador cuando se vio solo ante el balón! Le pegó con una sonrisa en los labios, levantándolo suavemente a gol.
Antes de dejar Madrid, Munitis le dijo a Jorge Valdano, medio en broma, medio en serio, que se la iba a "liar", en el Sardinero. Ayer, tanto el director general madridista como su presidente, Florentino Pérez, asistieron a eso y a mucho más desde el palco. Como dijo el técnico, Vicente del Bosque, en la SER: "Hemos hecho el peor partido desde que dirijo al equipo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de octubre de 2002