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Ecuador elige presidente en medio de un clima de escepticismo y de rechazo a la clase política

Once candidatos pugnan por ganarse al 20% de indecisos y a los que desean votar en blanco

En un clima de incertidumbre y escepticismo, debido a la escasa credibilidad de la clase política en Ecuador, 8,1 millones de ciudadanos del país andino estaban llamados ayer a las urnas para elegir nuevo presidente. Ninguno de los 11 aspirantes logrará la mayoría necesaria, por lo que los dos mejor colocados acudirán a una segunda vuelta. Aunque el voto es obligatorio, con sanciones para el abstencionismo, los porcentajes de los aspirantes han sido bajos. Los sondeos indicaban una indecisión superior al 20%, con una fuerte tendencia a votar nulo y en blanco.

Además de jefe de Estado, que asumirá el cargo el 15 de enero de 2003, los ecuatorianos eligen los 100 diputados de la Asamblea Nacional, cinco parlamentarios andinos y más de 1.700 autoridades locales.

La jornada, que comenzó con retrasos en algunas zonas debido a la falta de material, tuvo algunos incidentes. Dos ejemplos: varias urnas de Palestina, en la provincia del Guayas, fueron incendiadas, y en Pichincha, el candidato presidencial Lucio Gutiérrez, ex golpista, se negó a votar hasta que las autoridades esclarecieran el hallazgo de una camioneta con 20 paquetes de papeletas. Emma Bonino, jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, encargada de vigilar la seriedad del proceso, aseguró a EL PAIS que no se habían registrado irregularidades o intentos de fraude en los comicios. "Los problemas son de otra índole: la desorganización en las mesas electorales, la desinformación del electorado sobre como ejercer su voto (los hombres y las mujeres sufragan en filas diferentes) y la aglomeración masiva en espacios reducidos".

La desconfianza del votante hacia los presidenciables se acentuó durante los 45 días de una campaña demagógica. Ninguno presentó un programa político creíble. Hablaron de los problemas del país -paro, emigración, corrupción, pobreza y desigualdades sociales-, pero nadie propuso soluciones, métodos y recursos para alcanzar los objetivos.

El sucesor del presidente, Gustavo Noboa, tendrá que trabajar en medio de esa desconfianza y de las falsas expectativas creadas en la ciudadanía.

El ex presidente socialdemócrata Rodrigo Borja, de 67 años, que encabezaba las preferencias con el 15,5%, según las últimas encuestas, ha propuesto al Partido Social Cristiano (PSC), su principal rival, un pacto de gobernabilidad capaz de afianzar definitivamente la democracia.

En la durísima pugna por lograr uno de los dos puestos que dan paso a la segunda vuelta, el el 24 de noviembre, el ex vicepresidente socialista León Roldós se mantiene detrás de Borja, con el 14,5%. Le siguen de cerca el ex coronel Lucio Gutiérrez (12,6%), que participó en el derrocamiento del presidente Jamil Mahuad, en enero de 2000, y es apoyado por la extrema izquierda; el millonario bananero Álvaro Noboa (12,4%), y un ex diputado del PSC, Xavier Neira (11,6%). La gran novedad en esta carrera es la presencia femenina. Por primera vez hay una aspirante a la presidencia, Ivonne Baki, y tres candidatas a vicepresidente: María Dolores Padilla, Eva García y Gloria Gallardo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de octubre de 2002