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OPINIÓN DEL LECTOR

'Pantanada'

Els Verds de La Ribera

Quienes vivimos la pantanada en La Ribera, con aquellas aguas turbias invadiendo nuestras casas, seguramente no la olvidaremos nunca. Lo que no está tan claro es que hayamos aprendido la lección.

Las causas hace mucho tiempo que quedaron bien claras: lluvias torrenciales mediterráneas, montañas quemadas incapaces de absorberlas, pantano de Tous mal diseñado y peor cuidado que no abrió sus compuertas y se desmoronó al sobrepasarlo las aguas, pueblos construidos al lado mismo del río, autopista y tren que cerraron el paso a las aguas, autoridades que ni siquiera conocían la comarca... Una sola causa natural y por lo menos cinco de origen humano para explicar una catástrofe que costó varias vidas humanas, más de 100.000 millones de pesetas y un pleito que duró casi 20 años...

Pues bien hoy el clima está aún peor por la contaminación que provocan tantos vehículos motorizados y siguen habiendo barreras artificiales que cierran la salida de las aguas; de hecho este mismo año hemos sufrido una pequeña inundación en el barrio sur de Alzira por otras lluvias torrenciales y porque el estrecho puente de Xàtiva frenó la salida de las aguas del barranco de La Casella.

Las montañas cada vez se queman menos, es cierto, entre otras cosas porque ya queda poco que pueda quemarse, sin embargo continúan levantando nuevas barreras para la circulación de las aguas; como el AVE, que destroza el medio ambiente, resulta poco útil para la mayoría de la población y sólo beneficia a las grandes constructoras...

Mientras piden planes cementeros contra las inundaciones, siguen edificando al lado del río; en el Tulell por ejemplo, con la venia de los actuales munícipes y de los anteriores que lo proyectaron, van a alzar miles de viviendas, en cambio en la montañeta donde nunca llegará el río construirán un polideportivo, justo al revés de lo que sería razonable. Hace tiempo que el gobierno autonómico debería haber hecho una ley para impedir que se edifique en terrenos fácilmente inundables, pero a estas alturas ni la han hecho, ni se la plantean...

En fin, 20 años después no parece que hayamos aprendido mucho sobre aquella tragedia. ¿Cambiaremos?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de octubre de 2002