Los mercados de valores europeos tuvieron muchos problemas en esta última jornada para mantener el ritmo impuesto por Wall Street. La sesión fue totalmente insulsa en la mayoría de las bolsas y con una contratación mínima en el caso del mercado español, lo que demuestra la falta de confianza de los inversores en una reacción alcista duradera.
El Ibex 35 terminó con un avance del 0,34% y el índice general de la Bolsa de Madrid subió el 0,27%, mientras que París ni se movía y Londres ganaba el 0,08%. El único mercado que pareció despertar a tiempo fue el alemán, cuyo tardío cierre le permitió seguir la estela de la Bolsa estadounidense, cuyo principal índice, el Dow Jones, conseguía subir el 1,99% a media sesión y se acercaba a los 8.500 puntos. Francfort subía el 2,86% poco antes del cierre.
El tirón de la Bolsa estadounidese resultó extremadamente sorprendente, al producirse justo después de conocerse el índice de tendencia, leading indicators, de septiembre, que registró un descenso del 0,2%. Lo preocupante no es la cifra que perdió esta cesta de índices, sino que lo hace por cuarto mes consecutivo, lo que es sinónimo de entrada de la economía en recesión. Algunos analistas estadounidenses, sin embargo, preferían referirse a la actual coyuntura con el término 'ralentización económica', descartando de plano cualquier posibilidad de recesión.
La contratación en el Mercado Continuo fue de 1.985,48 millones de euros, de los que más de 1.100 millones procedían de operaciones institucionales, entre las que destacaba una sobre 125 millones de títulos del banco SCH.
El ambiente en el mercado español es bastante confuso en estos momentos, pues de un lado se espera que las cotizaciones reboten con fuerza, tal y como sucede en Estados Unidos, pero por otro nadie parece dispuesto a poner dinero para que eso suceda, y es que los datos económicos todavía no trasmiten la suficiente confianza por estos lares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de octubre de 2002