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CARTAS AL DIRECTOR

El efecto Losada

En 1936, el español Gonzalo Losada debió emigrar para mantener su libertad y dignidad. En Buenos Aires, fundó la famosa editorial que lleva su apellido y que contribuyó al acercamiento entre españoles y argentinos.

En el 2002, la editorial hace el camino inverso y se instala en España para poder seguir sobreviviendo y mantener la dignidad que le imprimió su fundador.

Durante las primeras cuatro décadas del siglo XX, millones de españoles efectuaron el mismo camino que Losada y pudieron continuar con sus vidas en la Argentina que los acogió.

Hoy, muchos de los nietos argentinos de aquellos, al igual que la editorial, se ven forzados a emprender el camino de regreso a lo que siempre se llamó 'la madre patria'. Claro está que las posibilidades de acogida de la Argentina de entonces y de la España actual son radicalmente distintas, pero ello no cambia la hispanidad de muchos argentinos.

Los legisladores españoles acaban de modificar el Código Civil aceptando esa realidad, los nietos podrán pedir la nacionalidad española, pero, con una trampa, que tengan un año de residencia legal en España.

Por cuestiones burocráticas, hoy en día, aunque se tenga una oferta de trabajo, es casi imposible obtener la residencia legal. Sería mucho menos hipócrita permitir que a los nietos de españoles, aunque sea con determinados requisitos (una oferta de trabajo de rápido trámite o que alguien se responsabilice de su estadía, por ejemplo), se les conceda el permiso de trabajo y la residencia temporaria, para que luego del año puedan recuperar la nacionalidad de sus abuelos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de octubre de 2002