El 18 de octubre, firma A. Rojas Romero una carta hablando de la injusticia que supone ceder a las presiones de los interinos de Educación para lograr su estabilidad en un puesto de trabajo. Todavía no sé qué pretenden algunos que demostremos para que nos den algo parecido a lo que usted tiene de por vida por saberse unos temarios que en nada ayudan a la educación actual. Desde el momento en que compañeros de trabajo (como usted) nos juzgan para ver si estamos capacitados para ejercer, ya tenemos las de perder. Todos los interinos también hemos ido a barrios marginales, a pueblos que nadie quiere, tenemos los peores horarios (porque funcionarios como usted eligen y dejan lo peor para nosotros), damos asignaturas inimaginables, esperamos al 15 de septiembre para mudarnos de casa, etcétera. Pero no nos quejamos, tenemos la suerte de trabajar. Usted piensa en hacer cursillos para que le paguen sexenios, yo simplemente quiero llegar a fin de mes. Y llevo bastantes años escuchando que no tengo derecho a nada. Firmado: Un paria interino.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de octubre de 2002