En coherencia con su opción táctica de equidistancia entre socialistas y nacionalistas, el análisis de Josep Lluís Carod parte de que Cataluña vive un final de etapa, pero que no afecta sólo a CiU, sino también al PSC porque ambos partidos -que son 'como dos gotas de agua'- se han repartido los papeles en los últimos 25 años, afirma. Esta 'Cataluña dual' que Esquerra quiere superar tiene su origen en la transición, un proceso que el partido sigue repudiando y al que Carod se refiere como una 'maquinación vergonzante'. El secretario general de ERC considera que el pospujolismo tiene que significar también posautonomismo; es decir, debe servir de acicate para dar un nuevo paso hacia adelante en el autogobierno.
La propuesta de ERC es establecer un 'Estado libre asociado al Reino de España', en consonancia con el proyecto del lehendakari Juan José Ibarretxe y que Esquerra lanzó ya en 1999. En cualquier caso, Carod renuncia a modernizar España y buscar un nuevo encaje de Cataluña -lo considera tarea imposible, gobierne la derecha o la izquierda-. Lo que propone son sólo fases intermedias hasta llegar a la independencia de Cataluña. Para la próxima legislatura Esquerra considera imprescindible la reforma del Estatuto y establecer un nuevo sistema de financiación. El actual modelo es 'el primer problema del país' que 'hace de mecenas de España'. El dirigente independentista admite que el catalanismo debe modernizarse poniendo su acento en el bienestar de los ciudadanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de octubre de 2002