La cantidad de megapíxeles que genera el sensor, CCD, de la cámara digital es el primer punto que tener en cuenta. Partiendo de ahí, se podía hacer una clasificación de cámaras en tres grandes grupos por tipos de resolución. Clasificación que también se puede aplicar a los precios ya que, a mayor resolución, mayor suele ser el precio.
La clasificación podía ser: de 0,3 a 2,9 megapíxeles (Mgp), de 3 a 4,1 y de 4,2 o más Mgp.
Si se tiene en cuenta que el tamaño final de la imagen, una vez descomprimido el archivo que genera la cámara, es aproximadamente igual a multiplicar por tres el número de megapíxeles, uno por cada color, una cámara de 3 megapíxeles, por ejemplo, daría como resultado una imagen de 9 MB.
La relación entre el tamaño de la imagen y el tamaño de impresión es la clave de todo el proceso. Una imagen de 18 x 24 centímetros a una resolución de 300 puntos por pulgada ( la necesaria para poder obtener copias de auténtica calidad fotográfica) genera un archivo de 17,3 MB.
Por lo que, dependiendo del destino de esa imagen, puede que los 9 MB sean suficientes o no. Para publicarlas en una página web, la resolución es más que suficiente. Si lo que se desea es hacer copias en casa con la impresora de color de inyección de tinta, los 9 MB producirán una imagen de tamaño DIN A4 (folio) en papel fotográfico de calidad más que suficiente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de octubre de 2002