Cada vez dan menos por nada . En Internet ocurre lo mismo, y en los servicios de fotografía digital, también. Y casi hay que dar las gracias, tras la súbita desaparición de Photopoint, el sitio más popular del mundo de almacén de fotos.
En pleno auge de las puntocom, Photopoint daba a los aficionados a la fotografía espacio ilimitado para colocar sus imágenes. Los beneficios, decían, vendrían de la publicidad, de los laboratorios fotográficos, etcétera. Realmente, Photopoint atrajo a millones de usuarios, pero no millones de dólares. De repente, dejó de existir. Sólo un mensaje en su página anunciaba que para recuperar las fotos había que enviar un cheque en dólares y, a cambio, devolverían un CD con las fotos. Lo que era gratis se acabó convirtiendo en un atraco.
El éxito inicial de Photopoint fue seguido inmediatamente por otros sitios, como ofoto.com. Ésta mantiene la gratuidad del espacio, aunque en el contrato que firma el usuario no se dice de cuánto espacio va a disponer. Vinculado a Kodak y con agresivas ofertas para hacer copias en papel.
En el caso de Yahoo!, se informa claramente de que el aficionado dispone de 30 megas gratuitas (unas 90 fotos de alta resolución); a partir de ahí, hay que pagar por el alquiler de espacio. Por 35 euros es posible tener 100 megas extras durante un año.
El inconveniente de estos sitios y otros parecidos es que son todos norteamericanos; Yahoo! España remite inmediatamente a la versión americana. Y los servicios de copias en papel, útiles y a buen precio, resultan imposibles para España.
Si en un principio se pensó en la red como el lugar para almacenar infinitamente las fotos digitales, al fin ha resultado que es un lugar donde caben menos fotos que en un álbum de cartón. Ciertamente, es un servicio, pero el aficionado debe conocer sus limitaciones.
Los álbumes digitales son irreempazables para que amigos y familiares, estén donde estén, vean las fotos del último viaje, pero no ahorrará espacio en el hogar. A riesgo de quedarse sin fotos para siempre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de octubre de 2002