Es genial que todavía haya gente interesada por las opiniones de un dirigente episcopal con respecto a la homosexualidad.
Uno de ellos, Inocente García de Andrés, por lo que ha leído y estudiado, nos cuenta sus conclusiones en una columna de su periódico (página 31 del viernes 18 de octubre).
Yo, aunque no soy dirigente episcopal, a veces también leo y estudio. Y he llegado a la conclusión de que existe un tanto por ciento mínimo en el que ser dirigente episcopal tiene un origen biológico. El resto es cuestión de educación en la infancia y ambientes donde estos señores se hayan movido durante la adolescencia y el momento de la definición de la personalidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de octubre de 2002