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OPINIÓN DEL LECTOR

Inmobiliarias y ética

Quisiera protestar contra la falta de ética profesional y las carencias del servicio que prestan algunas agencias inmobiliaria, y ponerlo en conocimiento de posibles clientes. Aviso para navegantes incautos. Nacidas al sol de la especulación del suelo y de la brutal subida del precio de la vivienda, están en todas partes y lo controlan todo, o casi todo. Prácticamente es imposible la compraventa de inmuebles entre particulares sin que una de estas empresas se meta en medio. Y es que las comisiones que perciben por sus servicios son desorbitadas, habiéndose llevado, en mi caso, el 15,6% del precio de la vivienda -mediante dos cheques al portador, de los que no tengo recibo-, si se considera que las prestaciones que realizan son, a veces, realmente mínimas cuando no deficientes. Como en mi caso. Soy un trabajador con un sueldo modesto que durante muchos años se va a sacrificar para terminar de pagar una vivienda de segunda mano. El caso es que, según la inmobiliaria, en el precio de venta quedaban incluidos algunos electrodomésticos (lavadora, frigorífico), pero cuando recibí las llaves del piso (confiado en la buena gestión de la agencia, ya que no me permitió la negociación directa con el propietario) encontré que estos electrodomésticos habían desaparecido. El vendedor no quiere saber nada, la agencia no atiende la solicitud de una compensación económica que me parece justa. Yo he sido robado y ella tiene su 15,6%. ¡Ah!, por si alguien tiene curiosidad, se trata de UNICASA.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de octubre de 2002