No soy fumador y no me molesta que fumen, mientras no me lo echen a la cara. Hace unos días fui a visitar a un familiar al hospital Clínico Universitario de Málaga. Dado el colapso propio de la hora (por la tarde) y el libre acceso a las salas, los ascensores estaban imposibles de coger. Decidí subir a pie, a la 6ª planta, y cuál fue mi sorpresa cuando vi que en cada planta, en la entrada a las salas, estaban fumando tanto las visitas como los pacientes (incluso con sueroterapia). Insisto, en todas las plantas. He de señalar que, como cualquier centro del SAS, está lleno de carteles que dicen 'Centro libre de humos', indicando que no se puede fumar en ningún sitio. ¿Quién les dice a esas personas que no fumen? ¿Las enfermeras que bastante tiene tienen con su trabajo? ¿Yo, como visitante, para que se me encaren? Que pena que los responsables de gestión del hospital no se paseen por la tarde por las escaleras del centro, porque se les caería la cara de vergüenza...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de octubre de 2002