La ciudad de México, como la mayoría de las grandes ciudades del mundo, padece una feroz violencia en sus calles. Es lo que destila la historia de Yanina, una habitante adolescente de Ciudad Juárez, barrio proletario de la capital mexicana que es la figura central del documental Perfume de violetas, nadie te oye, de Marisa Sistach, que se ha proyectado en la Casa de América de Madrid, dentro del ciclo Directoras del cine mexicano que ha tenido lugar esta semana.
Para Yanina, alegre e hiperactiva, nada es fácil, ni siquiera el levantarse cada día. Proviene de una familia muy pobre y su vida oscila entre la violencia cotidiana, los abusos sexuales y la falta de comunicación con sus padres. En la nueva escuela donde ingresa, tras haber sido expulsada, conoce a Miriam, una chica de su misma edad, que se convierte rápidamente en su mejor amiga. Juntas compartirán cuadernos, juegos, gustos, maquillajes, hasta que un perfume de violetas desencadene decepciones, violencia y dolor.
Este documental parte de una historia verídica y aunque los hechos han sido respetados, el desarrollo de la película es ficticio, porque, según Sistach, 'la realidad supera la ficción'. Lo que más le llamó la atención de la historia a la directora fue que era 'muy femenina'.
Perfume de violetas, nadie te oye es parte de una trilogía -Nadie te ve, Nadie te escucha son las dos historias que la completan- que intenta denunciar la indiferencia de las autoridades mexicanas ante las víctimas que trabajan en Ciudad Juárez, una zona limítrofe con Estados Unidos.
El filme ha tenido cerca de un millón de espectadores en México y se ha vendido a grandes cadenas televisivas. Sin embargo, no se vendió a ninguna distribuidora española.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de octubre de 2002