Columnas de tanques y blindados israelíes invadieron ayer en la madrugada la ciudad palestina de Yenín y el campo de refugiados cercano, en una de las operaciones de mayor envergadura lanzadas por el Gobierno de Ariel Sharon en los últimos siete meses. La operación es la primera represalia israelí por el atentado suicida perpetrado contra un autobús el pasado lunes, que se saldó con 14 muertos.
La operación, bautizada con el nombre de Vanguardia, tiene como objetivo detener a una veintena de militantes del movimiento fundamentalista Yihad Islámica, que se responsabilizó de la operación terrorista. El ministro de Defensa, Benjamín Ben Elizer, aseguró que "Yenín se ha convertido en capital del terrorismo, de donde salen los suicidas", y añadió que la incursión podría "durar varios días".
Las tropas israelíes, que ocuparon la ciudad sin apenas resistencia, han decretado el toque de queda y han iniciado la búsqueda de los militantes radicales casa por casa, en una operación similar a la efectuada en marzo, que causó 73 muertos, 23 de ellos soldados israelíes. En esta ocasión, sin embargo, los militares parecen haber tomado precauciones y sólo se han producido tres heridos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de octubre de 2002