1. Vale que se pasen
Me ofrezco al Gobierno por la mitad de lo que cobra Arriola. Sólo pongo una condición: Montoro no
un mes diciendo que Zapatero no tiene pilila. Vale que conviertan el telediario de las tres de la tarde, una hora antes del debate sobre Presupuestos, en un desfile de ministros criticando la falta de pilila de Zapatero. Vale que confíen 'el debate más importante del año' (según ellos mismos) a Cristóbal Montoro. Y vale que les pille por sorpresa que Zapatero decida intervenir. Vale. Pero que no tengan un plan B, que no sepan cómo reaccionar, eso sí que no vale. Tantas reuniones matinales de estrategia para qué. 'Está todo previsto', dice Aznar. 'Sale Montoro, aburre a las vacas, y ya nadie se queda a escuchar a Jordi Sevilla, ¿de acuerdo?'. Todos responden como un solo hombre: '¡Señor, sí, señor!' Añade Aznar: 'Si sale Zapatero nos quedamos todos pálidos y con cara de mala leche, ¿de acuerdo?'. '¡Señor, sí, señor!' Por la noche, en la radio, escuché a Rodrigo Rato, ¡que hablaba sobre el discurso de Zapatero desde los pasillos del Congreso! No sólo convierten al líder de la oposición en el protagonista, sino que, además, al vicepresidente económico y previsible sucesor le colocan en el papel de aspirante criticón. En resumen: el caso del asalto al despacho de Pedro Arriola está resuelto. Lo asaltó Aznar, en la sospecha, yo creo que fundamentada, de que su asesor personal trabaja para Zapatero.
2. En el Gobierno y en el PP
siguen burlándose de Zapatero, porque es un provinciano que llegó a la capital y en el saloon pidió un vaso de leche en lugar de un whisky de machote. Siguen diciendo que es Sosomán, que no da la talla, que es un producto de marketing... Exactamente lo que decían los veteranos socialistas de Aznar. (Menos lo del vaso de leche: Aznar llegó al saloon en 1989 repartiendo puñetazos, rompiendo el mobiliario, haciendo trizas la botellería y gritando qué qué qué, alguien quiere pelea, dónde está ese Felipe del que todo el mundo habla). De buen rollo, de verdad, porque creo en la sana competencia, me ofrezco al Gobierno por la mitad de lo que cobra Arriola. Sólo pongo una condición: Montoro no. Con este ministro no hay asesor de imagen que valga. ¿Cómo puede caberle tanto menosprecio en el cuerpo? ¿Cómo puede pensar un ministro que puede ganar un debate escupiendo vinagre por el colmillo? '¡Léase el Presupuesto!', le repetía a Zapatero. Parecía la niña de El Exorcista.
3. A todo esto, hoy proclaman
, ¡otra vez!, candidato a Zapatero. Si le siguen proclamando todas las semanas acabarán por crearle un problema de personalidad. Una idea que doy a los socialistas, para que no se diga que sólo trabajo para el Gobierno, es que hagan una gira por toda España proclamando candidato a Zapatero, tipo Operación Triunfo. En las fiestas de los pueblos aparecería en los carteles: hoy, corrida de vaquillas, concierto de David Bisbal y proclamación de Zapatero. En los pueblos importantes, con conferencia de Felipe González. Como hoy en Madrid. Están los del PP suspirando: ay, si metiera la pata Felipe. Qué cosas tiene la política. Veinte años después de la victoria socialista de 1982, a González le añoran más los del PP que los del PSOE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de octubre de 2002