Parece ser que al PP le ha sentado muy mal el golpe de efecto de Zapatero en los debates presupuestarios y prepara la revancha. No sé cómo será ésta, pero está claro que juegan con desventaja. Y esa desventaja es la falta de humildad.
Cuando conocemos un político rara avis como el líder del PSOE, que ha tenido la habilidad de jugar a ser educado y empezar humildemente, hasta que se ha documentado lo suficiente para hacer su propia oposición, es difícil la lucha contra él desde las posiciones que siempre plantea la derecha más profunda española. Y esas posiciones son la arrogancia y la prepotencia. Mucha gente activista del PP que
conozco cree que los que no pensamos como ellos son, poco menos, que bobitos que andamos por el mundo porque tiene que haber de todo. Y esa prepotencia les hace jugar con desventaja contra un señor que nunca se mostrará de esa forma.
Y la mayoría de la gente acepta más a un humilde que a un chulo. En todas las facetas de la vida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de octubre de 2002