Los médicos que atienden en un hospital de Múnich a los dos rehenes alemanes que se encontraban en el teatro moscovita asaltado la madrugada del sábado por fuerzas especiales rusas no logran identificar el gas que los envenenó. 'No podemos identificar el gas inhalado por los rehenes. Es como si hubiera desaparecido dejando tras de sí sus efectos', declaró el jefe del Centro de Toxicología de la Clínica Universitaria de Múnich, Thomas Zilker. Los dos rehenes alemanes, una estudiante de Baviera de 18 años y un hombre de negocios de Baden-Württenberg, fueron evacuados ayer de madrugada desde un hospital de Moscú a la Clínica Universitaria de Múnich, donde siguen recibiendo asistencia sanitaria.
Zilker informó de que sus dos pacientes están conscientes, pero con síntomas de envenenamiento, alteraciones en el aparato respiratorio y deficiencias en la musculatura cardiaca. El toxicólogo afirmó que la identificación del gas utilizado por las fuerzas especiales rusas en su operación de rescate facilitaría el tratamiento. Los médicos moscovitas que atienden a los rehenes liberados el sábado también desconocen el gas paralizante utilizado por las fuerzas de élite rusas.
Un rehén de nacionalidad búlgara hospitalizado en Moscú aseguró haber oído decir a los médicos que el gas utilizado había sido gas sarín, una potente arma química.
Por otro lado, la Embajada de Estados Unidos en Moscú pidió ayer a las autoridades rusas que precisen qué tipo de gas utilizaron durante el asalto contra el teatro ocupado por un comando checheno, pero sin obtener respuesta, señalaron ayer fuentes diplomáticas estadounidenses. 'Seguimos esperando respuesta', indicó un portavoz de la Embajada estadounidense. 'Tenemos un compatriota hospitalizado y esta información es necesaria para su tratamiento', añadieron.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de octubre de 2002