La APEC (Foro de Cooperación del Asia-Pacífico) promoverá un plan antiterrorista que incluye el rastreo del dinero recibido por las organizaciones de caridad islámicas, y nuevos y rigurosos controles en las aduanas, puertos y terminales aéreas de los 21 países miembros. EE UU, impulsor de las medidas, deberá financiar algunas en las naciones más pobres. Bush no convenció a Rusia, ni a México, miembros del Consejo de Seguridad, sobre la conveniencia de atacar Irak sin esperar a una resolución de la ONU que lo permita.
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Los países de la cuenca de Pacífico pidieron a Corea del Norte que abandone su programa nuclear y calificaron el terrorismo como una "profunda amenaza" para "las economías libres, abiertas y prósperas" de la región, según señala la declaración final. La APEC buscará "un mejor control de los sistemas alternativos de envío de dinero y de organizaciones sin ánimo de lucro", y la defensa de "las organizaciones sin ánimo de lucro y sus donantes bienintencionados, para impedir que sus fondos sean utilizados fraudulentamente por financieros terroristas".
La X Cumbre de la APEC concluyó ayer, en el enclave mexicano de Los Cabos, después de haber suscrito un acuerdo de intenciones sobre liberalización comercial, y otro que comprometió a EE UU y Japón a revisar su política de sus subsidios al sector agrícola. La Organización Mundial del Comercio (OMC) pidió el pasado, año, en Doha, medidas en esa dirección. "El año 2005 se firmará un programa de reducción paulatina de estos subsidios", precisó Luis Derbez, ministro mexicano de Economía. El acuerdo es vago y la pretendida eliminación puede terminar en el año 2015, si llega a producirse.
La necesidad de agrupar fuerzas contra el terrorismo y para proteger el comercio caracterizó la reunión entre los gobernantes de Australia, Brunei, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong (China), Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Tailandia, Taiwán y Vietnam. "(La seguridad) supone un reto financiero importante", admitió el secretario norteamericano de Transporte, Normam Minetta. "Colaboraremos con asistencia técnica (...) Pero no podemos dar todo a las economías más pobres. Como dice la Biblia, hay que enseñarles a pescar no darles el pez".
El foro refrendó el programa STAR (siglas en inglés de Comercio Seguro en la Región APEC), propuesto por EE UU, que obliga al blindaje de las cabinas de los aviones antes de abril del año próximo, y dispone la coordinación, antes del año 2005, de nuevos sistemas informáticos de inspección de equipajes, contenedores y transportes que transiten por una zona con 2.400 millones de habitantes.
EE UU, según advirtió Minetta, prohibirá el aterrizaje de los aviones sin cabinas blindadas. "Si Vietnam o el país que sea, nos dice que 'no tenemos los recursos', pues sus naves no podrán entrar". La primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, salió al paso de quienes criticaron que el terrorismo hubiera desplazado las conversaciones sobre comercio. Varios ministros pidieron que la seguridad no signifique proteccionismo. "Para que las economías prosperen y el comercio florezca, la seguridad es una condición previa", dijo a los empresarios asistentes. Los presidentes elogiaron "los firmes y rápidos esfuerzos de los gobiernos de Indonesia, Filipinas y Rusia para arrestar a los sospechosos de los recientes ataques terroristas".
Vigilancia intensa
La vigilancia de la cumbre fue intensa. Militares del Estado Mayor Presidencial, y de los tres ejércitos, y 3.000 policías mexicanos controlaron accesos y hoteles, con arcos detectores de metales y lista de huéspedes en mano. Un ejército de guardaespaldas extranjeros escoltó a sus presidentes. No se produjo ningún incidente relevante, salvo el hundimiento de la carpa de lona donde debían haber cenado, el sábado, los presidentes.
George W. Bush abandonó la sede de Baja California Sur sin haber podido convencer a México, miembro no permanente del Consejo de Seguridad, sobre la necesidad de atacar a Irak al margen de la ONU. Al ser preguntado si el presidente anfitrión, Vicente Fox, había dicho lo que él esperaba oír respecto a Irak, Bush movió la cabeza en señal afirmativa. Fue una cortesía porque el gobernante mexicano, que reclama a EE UU un acuerdo migratorio hasta ahora no atendido, invocó la competencia de la ONU. "Hay que ir con todas las capacidades a Irak y a partir de eso esperar el regreso de esa inspección para hacer una nueva ronda y tomar una segunda decisión".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de octubre de 2002