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CARTAS AL DIRECTOR

Doble nacionalidad

Mientras Giscard d'Estaing propone la creación de una ciudadanía europea (EL PAÍS, 25-10-02) el Gobierno español sigue negando a sus ciudadanos residentes en el extranjero tener la doble nacionalidad.

No puedo entender en qué se basa esta decisión que nos impide, a aquellos que vivimos en el extranjero, poder tener también la nacionalidad del país en que residimos con todo lo que eso conlleva: no poder ejercer todos los derechos, a los que sí tendríamos derecho, si nos dejasen ser ciudadanos de ese país. Como por ejemplo el no poder participar en las elecciones del país en el que nacen nuestros hijos, en el que trabajamos nosotros y en el que pagamos impuestos. Además del factor psicológico: que tu país te niegue acceder a la nacionalidad del país en el que vives y del que te sientes ciudadano.

No sé cuál puede ser la razón y no me puedo imaginar que haya alguna. Y tampoco me quiero imaginar cuál es la situación de los ciudadanos de otros países residentes en el Estado español. Espero que también ellos puedan optar por la nacionalidad española además de conservar la de su país de origen. Porque, como decía el escritor argentino Jorge Luis Borges durante su estancia en Ginebra, 'nosotros ya no tenemos una patria, la tuvimos'.

Es más, nos sentimos ciudadanos del mundo y justo por eso no queremos renunciar a ninguna nacionalidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de octubre de 2002