Los mercados de valores continúan disfrutando de este periodo de bonanza en medio de numerosos datos económicos desfavorables. La Bolsa española abrió la sesión con un importante tirón alcista que sólo se vio frenado por los titubeos de Wall Street.
El Ibex 35 terminó subiendo el 1,18%, aunque en los mejores momentos de la mañana llegó a ganar el 2,78%. El índice general de la Bolsa de Madrid cerró esta sesión con un avance del 0,93%.
Para los observadores, se está produciendo un cambio sustancial en los mercados que consiste básicamente en que a muchos inversores se les ha pasado el susto y han adoptado la postura de esperar y ver, al menos, si los precios aguantan en estos niveles.
Entre las explicaciones que se manejan en el parqué sobre las causas de esta repentina solidez de las cotizaciones está una que sólo convence a los inversores particulares, puesto que achaca a las instituciones cierto protagonismo para tratar de finalizar el ejercicio con las carteras en un nivel cercano al equilibrio. En cualquier caso, el ambiente está cambiando y, aunque todavía no se ve mucho dinero particular, los mínimos de hace 20 días empiezan a verse muy lejos.
Los datos económicos del día volvieron a traer cierto tono de alarma, pero los inversores también empiezan a acostumbrarse a ellos sin tenerlos en cuenta. La masa monetaria de la eurozona -dinero en manos del público y depósitos a la vista- creció el 7,4% en septiembre, mientras que el índice de confianza del instituto alemán IFO cae medio punto en octubre, hasta 87,7. El primer dato supone un freno a la posibilidad de un recorte de los tipos de interés por parte del BCE, mientras que el otro parece exigir alguna solución inmediata en ese sentido.
La contratación en el Mercado Continuo ascendió a 1.653,46 millones de euros, con el 30% de esa cantidad obtenido mediante operaciones institucionales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de octubre de 2002