Estoy preocupada. La otra noche mi hija, que tiene 14 años, se puso a llorar y me dijo que se encontraba fea, gorda y que tenía las orejas grandes; añadió que sus compañeros de clase le daban el nombre de una profesora a la que todos allí ven como gorda y fea.
Mi hija mide 1,75 y pesa 65 kilos, tiene el pelo castaño y una cara preciosa, pero tiene caderas y todavía poco pecho; ella no se ve guapa porque los cánones que mandan son los de las niñas de las pasarelas, las que salen en las teleseries y revistas.
Ella es inteligente, buena persona y estudiosa; además, juega a voley y hace atletismo.
Le expliqué lo importante que es en este mundo el tener todos los atributos que ella tiene, pero me contestó que es 'distinta' a la información que ella y sus amigas reciben en la tele y las revistas. Sé que la etapa de la adolescencia es complicada, pero, desde luego, con los mensajes que nos están enviando continuamente los gurús de la moda y de la información la están complicando mucho más.
Señoras-es del mundo de la moda, de la información, ¿ustedes no tienen hijas-os?
Deberían tenerlos, y a lo mejor entonces se planteaban este tema de una vez por todas y los mensajes que enviaran a partir de ese día serían mucho más honestos. Gracias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de octubre de 2002