Una vecina del número 28 de la calle de José Bergamín (Moratalaz), Laura V. H., de 18 años, fue hallada muerta ayer por la mañana por su padre, cuando fue a despertar a la joven. Ésta falleció electrocutada cuando intentaba arreglar el cable pelado de un despertador que le funcionaba mal desde hacía algunos días, según un portavoz del Samur-Protección Civil. Los padres de la víctima tuvieron que ser atendidos por psicólogos de este cuerpo.
Eran las 8.50 cuando el padre de Laura acudió a la habitación de ésta para despertarla. Sin embargo, se encontró con una escena terrorífica. Su única hija yacía muerta sentada sobre la cama. En su boca y sujetado con una mano tenía un cable del despertador, que estaba conectado a la red eléctrica. En la otra mano, tenía unas tijeras. Sobre la mesilla, había cinta aislante.
El padre avisó a los servicios de urgencia y, hasta el lugar, se desplazaron los bomberos, una UVI móvil del Samur y agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Cuando llegaron los médicos, sólo pudieron certificar la muerte de la joven. Ésta se produjo unas horas antes, ya que el cuerpo presentaba signos externos de rigidez cadavérica.
Tres psicólogos del Samur atendieron a los padres de la joven durante toda la mañana. La muerte de Laura V. H. causó una gran consternación en el vecindario. Muchos vecinos se enteraron de la noticia por la radio, pero no la relacionaban con su vecina del cuarto piso.
La joven vivía en Moratalaz desde que se construyeron los pisos hace 12 años, según algunos vecinos. Todos destacaron 'su carácter introvertido y discreto'. 'Tenía poca relación con el resto del vecindario. Venía y enseguida se metía en su casa, con sus padres', señaló una vecina. La joven, hija única del matrimonio, era estudiante.
La capilla ardiente será instalada en la tarde de hoy en la sala 25 del tanatorio de la M-30. La joven será enterrada mañana en el cementerio de San Justo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de octubre de 2002