Cuando creíamos que la palabra dimisión había desaparecido del país, el diplomático Fernando Valderrama ha sido coherente con sus ideas. Rechaza un 'ataque preventivo' contra Irak, o sea, una guerra, y que la única postura española sea apoyar siempre a Estados Unidos. Vamos, está con la mayoría de sus conciudadanos. Como su opinión es frontalmente contraria a la de los que mandan, ha dimitido. Toda una lección.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de octubre de 2002