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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

El Gobierno vasco asegura que no pactará su proyecto de presupuestos para 2003 con Batasuna

El Gobierno vasco aprobó ayer su proyecto de ley de presupuestos para 2003, que prevé una cifra global de ingresos y gastos de 6.185 millones de euros, un 4,6% más que el año pasado. La vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, aseguró en Vitoria que las cuentas se entregarán al Parlamento antes del día 1 de noviembre y que se hablará con todas las fuerzas políticas, aunque no se llegará a ningún acuerdo con Batasuna si esta organización no respeta unos "mínimos", dijo en relación con la violencia de ETA.

La vicelehendakari deseó que el debate de presupuestos que acaba de abrir vaya por cauces distintos a los del pasado año y que no se vuelva a producir un bloqueo. La tramitación en el Parlamento vasco estuvo marcada por el conflicto que suscitó el cambio de interpretación que el presidente de la Cámara, Juan María Atutxa, hizo del reglamento para el debate de las enmiendas a la totalidad, con el fin de evitar su devolución. Posteriormente, la oposición boicoteó los plenos como protesta y, al final, la abstención selectiva de Batasuna permitió aprobar un presupuesto incompleto, de dudosa legalidad, que hubo que completar más tarde con la prórroga de las partidas no aprobadas y otras medidas complementarias.

Esta norma se encuentra recurrida por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional, si bien no se solicitó la suspensión de la misma para no torpedear la labor institucional. El Parlamento no ha cambiado y existe el riesgo de que la fractura entre el tripartito y la oposición, acrecentada tras la propuesta soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, deje el futuro de los presupuestos de 2003 de nuevo en manos de Batasuna.

El Gobierno vasco cuenta con el respaldo de 36 de los 75 escaños del Parlamento y necesita 38 para la aprobación de las cuentas. Zenarruzabeitia sostuvo que el proyecto actual debe poder aprobarse, ya que el Gobierno tripartito (PNV, EA e IU) tiene mayoría. Argumentó que su eventual rechazo sólo se daría si se produjera un "abrazo, un acuerdo, entre los que ilegalizan [el PP y el PSOE a Batasuna] y los que van a ser ilegalizados porque los primeros dicen que son lo mismo que ETA".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de octubre de 2002