El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dio ayer un nuevo paso en la polémica que mantiene con algunas instancias judiciales al recusar a los integrantes del tribunal de Milán, que sigue contra él un proceso por el presunto soborno a jueces. Los abogados de Berlusconi presentaron ayer una instancia de recusación contra el tribunal del caso SME-Ariosto, en el que está acusado de un presunto soborno a los jueces que, en 1986, negaron la validez de un precontrato firmado por el empresario Carlo de Benedetti para comprar la firma alimentaria SME, que al final fue a manos de Fininvest, empresa del actual jefe del Ejecutivo italiano.
'Diríjanse a mis abogados', se limitó a decir ayer el primer ministro a los periodistas. El sábado, los jueces de Milán pidieron al Tribunal de Justicia Europeo que se pronuncie sobre la adecuación a la normativa comunitaria de la ley italiana sobre falsedad en los balances, un delito parcialmente despenalizado en una reforma legislativa aprobada hace unos meses por la coalición que encabeza Berlusconi. A la espera de la respuesta del alto tribunal europeo, los magistrados milaneses han dispuesto la suspensión del proceso, algo que tampoco convence a los abogados de Berlusconi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de octubre de 2002