Recientemente, la Comunidad de Madrid ha inaugurado, a bombo y platillo, el desdoblamiento de la carretera M-501, llamada popularmente 'carretera de los pantanos', cuyo coste ha sido de 90.000.000 de euros.
En todas las incorporaciones que hay a dicha carretera han colocado señales de prohibido bicicletas, por lo que todos los usuarios de bicicletas que, sobre todo los fines de semana, circulaban por ella no lo pueden hacer: ciclistas de Aluche, Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Villaviciosa de Odón, etcétera.
No podemos ya circular por aquí a no ser que nos expongamos a que la Guardia Civil nos sancione o, lo que sería más trágico, que se produjese un accidente con ciclistas, ya que entonces las compañías de seguros se llevarían las manos a la cabeza al ir éstos por una vía prohibida.
La nueva Ley de Tráfico autoriza el uso de las bicicletas por las autovías cuando no haya vía alternativa o vía de servicio.
En este caso de la M-501, las vías de servicio son de grava y arena, por lo que las bicicletas de carretera pinchan a menudo y, además, la constructora cuando le surgían dificultades del terreno no continuaban construyéndola, de esta manera el ciclista se tiene que incorporar al asfalto de manera ilegal.
Al cerrar la carretera con mallas metálicas no se puede acceder a ellas desde los caminos rurales.
El tramo peor es el que va de Villaviciosa de Odón a Brunete y Quijorna, no existiendo vías alternativas; sí está bien la vía de servicio entre Boadilla del Monte y la M-40 porque hay un nuevo polígono industrial y la nueva ciudad bancaria del Banco Santander Central Hispano, BSCH.
El señor consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, no ha tenido en cuenta que esta carretera es, junto con la de Colmenar Viejo, la más frecuentada por ciclistas madrileños.
Esperamos que no se produzca ningún accidente del que lamentarnos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de octubre de 2002