Permítame en primer lugar felicitar a los premiados en la última edición de los Premios Príncipe de Asturias, que Televisión Española ha retransmitido en directo. Lamentablemente, el motivo de esta carta es para manifestar mi vergüenza ajena por la pésima cobertura que ha realizado la televisión pública. Pésimas traducciones simultáneas sin entonación alguna, errores con el sonido, movimientos bruscos de cámara, flojísimos comentarios por parte de los comentaristas, ausencia casi total de primeros planos, siendo la mayoría planos generales y, como colofón final, buena parte del discurso de uno de los premiados comenzó a traducirse a la mitad del mismo. Como es ya habitual, el dinero de todos los españoles se gasta en una televisión pública deficitaria, que encima es incapaz de tener profesionales dignos de realizar una decente cobertura de entrega de unos premios en que prácticamente nadie se movía.
A Dios gracias que no había bailes. Vergonzoso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de octubre de 2002