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Reportaje:

81 años contra el fascismo

Vidal de Nicolás, presidente del Foro Ermua, acusa al PNV de 'complicidad' con ETA al recibir el galardón Abogados de Atocha

Fue perseguido durante la Guerra Civil, sufrió los rigores de un campo de concentración en Francia y luego, en los años 60, las cárceles del franquismo. Vidal de Nicolás, poeta, sigue, a sus 81 años, amenazado y perseguido por sus ideas. Pero ahora es la banda terrorista ETA quien pretende acabar con su vida por ser el presidente del Foro Ermua, una organización que surgió tras el asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco, en 1997. Este histórico antifranquista recibió ayer el premio Abogados de Atocha, instaurado por el Gobierno de Castilla-La Mancha, que preside el socialista José Bono, para honrar a las personas que se distinguen por su lucha "por los derechos humanos y la libertad".

Bono: 'España no es un acuerdo provisional que haya que revisar ante cualquier ayatolá'

Vidal de Nicolás estuvo acompañado al recibir el premio en Toledo por los máximos representantes de casi todas las instituciones. Como se encargó de destacar el presidente Bono, allí estaban el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, y el jefe de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero. Y los presidentes del Tribunal Supremo, Francisco José Hernando, y del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, además del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. También estaba el secretario general del UGT, Cándido Méndez, y el ex secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez.

El presidente del Foro Ermua hizo un discurso de denuncia sin tapujos de lo que él considera "complicidad" del nacionalismo vasco con los terroristas. Primero sostuvo que fueron los nacionalistas quienes trataron de asimilar ETA a la izquierda marxista "para ocultar que en realidad coincidían en los fines aunque no en los medios".

La acusación fue directa: "El PNV vio pronto la utilidad de ETA para sus fines nacionalistas. Como dijo Arzalluz, 'ellos sacuden el árbol y nosotros recogemos las nueces". También acusó a la izquierda vasca de haber "colaborado" con los nacionalistas en la construcción de esa "sociedad enferma" que es el País Vasco. Allí, según De Nicolás, los no nacionalistas sufren "un régimen político excluyente y fanático" que además, en complicidad con los terroristas, maneja los medios de comunicación y la educación y los utiliza para formar a los jóvenes en la "mentira histórica" que ha creado.

Entre los asistentes estaban algunos de los socialistas que más se han destacado por oponerse a los pactos con el PNV: el ex secretario general del PSE, Nicolás Redondo, junto a su padre, el ex secretario general de UGT; la eurodiputada Rosa Díez, o el alcalde de Ermua, Carlos Totorika.

Todo el acto estuvo cargado de referencias a la lucha antifranquista, que los presentes trataron de igualar a la batalla social contra el terrorismo de ETA que se libra hoy en Euskadi. De hecho, el premio se ha establecido en memoria de las cinco personas que murieron en enero de 1977 a manos de terroristas de extrema derecha, que entraron en un despacho de abogados laboralistas en la madrileña calle de Atocha y acribillaron a todo el que allí había. Algunos de los supervivientes de esa tragedia, que sacó a la calle a 100.000 personas en un sobrecogedor silencio, estaban ayer en Toledo. De Nicolás, presente en todas estas batallas, prometió ayer seguir, "mientras tenga vida, en el empeño de agitar conciencias críticas, promover espacios de libertad y foros democráticos y no olvidar a las víctimas del odio y del fanatismo".

El mismo discurso abiertamente crítico con los nacionalistas fue retomado por Bono. Esos ataques los dirigió también a los que él llamó "tibios", esto es, a los que no se manifiestan claramente contra el "nacionalismo excluyente". "Suponen un enemigo más terrible que las pistolas", insistió. "Son los que miran para otro lado, los que permiten esa ambigüedad que ha corrompido la democracia. Es más cómodo ser ambiguo que solidarizarse con las víctimas. Es más fácil hablar con los lobos que perseguirlos. El País Vasco es el único territorio sin libertad de toda Europa", clamó el presidente de Castilla-La Mancha.

La propuesta del lehendakari, Juan José Ibarretxe, para superar el Estatuto vasco, estaba en el trasfondo del discurso de Bono. "No caben soberanías compartidas. España no es un acuerdo provisional que haya que revisar ante el discurso de cualquier ayatolá. Es inadmisible pretender un debate sereno sobre el futuro del País Vasco cuando allí sólo están tranquilos y sin miedo a la muerte quienes comparten la idea de que España es el enemigo".

El vicepresidente Rajoy, a quien Bono ofreció un apoyo "sin fisuras contra ETA", destacó también la contribución de Vidal de Nicolás a la lucha por la libertad, ya que preside una organización que hace reaccionar a los ciudadanos y sirve para "aislar a los violentos". De Nicolás, dijo Rajoy, "ha hecho de su propia vida un oficio en que la defensa de la libertad es el objetivo y la palabra la única arma".

Rajoy concluyó con una llamada de esperanza: movimientos como el Foro Ermua, dijo, deben servir para "recordar a todas las víctimas de la intolerancia", como José Luis López de Lacalle, fundador del grupo y asesinado por ETA en mayo de 2000, y debe además ser el impulso que lleve "a mantener viva la esperanza de que la paz es hoy posible en España".

A la salida del acto, algunos de los presentes, como Totorika, se mostraron relativamente optimistas: "La ilegalización de Batasuna ha hecho que se venga abajo la idea de que son intocables". El juez Garzón también alabó la figura del homenajeado porque "ha defendido los valores democráticos a lo largo de toda su vida".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de octubre de 2002